2008 ALTO AL ABUSO EN TEXTOS ESCOLARES
EL NEGOCIADO DE LOS TEXTOS ESCOLARES DESECHABLES
Ningún colegio puede obligarlo a comprar textos escolares nuevos cada año. Más bien los colegios deben promover bancos de libros y su intercambio.
Tradicionalmente los textos escolares se han utilizado como fuente de consulta en los centros de estudios de educación primaria y secundaria. Era una sana costumbre que los libros se heredaban de los hermanos mayores a los menores, incluso a los primos, sobrinos, vecinos y otros estudiantes de la escuela, etc. De este modo los textos pasaban de una mano a otra durante 4, 5 o más años.
Esta práctica se sigue dando en muchísimos países desarrollados, más aun cuando es el propio Estado el que provee los libros en las escuelas públicas. Lamentablemente esto comenzó a cambiar por la década de los 90 en nuestro país. Primero los colegios empezaron a exigir que los padres adquieran los libros de la última edición, como si las matemáticas o la geografía fuera cambiando de año en año. No contentos con eso, las editoriales convirtieron los textos escolares en cuadernos de trabajo, a fin de que los alumnos escribieran sus tareas en el propio libro y ya no en cuaderno aparte, como fue siempre la tradición. Esto les aseguraba que cada año los libros quedaban inutilizados con el primer uso, así pues los padres se verían obligados a comprar libros nuevos para cada alumno.
Pero ¿Cómo lograron que los colegios y profesores aceptaran tal despropósito? Muy fácil, otorgándoles comisiones sobre la venta de cada libro que los alumnos o sus padres compraran de la respectiva editorial. Al principio pagaban una comisión de 10%, luego 20%, después 30% y hasta 40%.
Los padres siempre se quejaron de este tipo de prácticas, pues ello ocasionaba un notable incremento del precio de los libros. Resulta obvio que las comisiones que pagaban las editoriales a los colegios o profesores se trasladaban al precio del libro. El resultado es que un libro que podría costar 30 o 40 soles terminaba costando 70 u 80 soles.
Se denunció este tipo de prácticas durante muchos años, pero la respuesta de las autoridades siempre fue que ese era un tema del libre mercado por tratarse de una contratación entre privados.
En el año 2008 una editorial, cansada de esta corruptela en el mercado, se atrevió a reconocer públicamente que el éxito económico de una editorial dependía ya no de quien producía en mejor texto, sino de quien pagaba las mejores comisiones a los colegios. Se atrevió a denunciar el hecho en un reportaje de televisión, reconociendo incluso que ella misma se vio obligada a pagar comisiones a los colegios, pero que ya se cansó de eso, porque cada vez se estaba deteriorando la calidad para dar paso el negocio del billete.
Esta denuncia no hizo ninguna mella en las autoridades y no pasó de un escándalo momentáneo. En el año 2010 junto con un canal de televisión hicimos una investigación con cámara secreta invitando a un colegio a representantes de diversas editoriales para comprobar cómo estas ofrecían comisiones por elegir sus textos escolares. Luego de este reportaje, recién las autoridades se pusieron nerviosas y ofrecieron combatir esta corrupción que se viene dando por más de 15 años en nuestro país.
A raíz de esta campaña el Congreso aprobó la ley 29839 de mi autoría, prohibiendo los textos escolares desechables y ese tipo de prácticas comerciales de pagar comisiones a los colegios o profesores para inducir u obligar a los padres a comprar los libros de determinada editorial. También se creó un observatorio de precios de textos escolares y se reconoció el derecho de los padres de familia de participar en el proceso de selección de los textos escolares que han de utilizar sus hijos. Igualmente, se promovió el uso de bancos de libros.
Artículo 2 de la ley 29839
2.1 Las instituciones educativas públicas y privadas de todos los niveles están prohibidas de obligar a los alumnos o a los padres de familia a adquirir textos escolares nuevos o de primer uso o que estén diseñados para un solo uso.
2.2 Los alumnos y los padres de familia tienen derecho de adquirir y utilizar textos de segundo uso como fuente de consulta o material de estudio y de trabajo. Las instituciones educativas públicas y privadas promueven el intercambio de materiales educativos y la implementación de bancos de libros a fin de proteger la economía de los padres de familia.
2.3 El Ministerio de Educación es responsable de establecer los criterios pedagógicos e indicadores de calidad de los textos escolares de la educación.
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