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  • Foto del escritorJaime Delgado Zegarra

Inkafarma infla el precio de medicamentos que son entregados por delivery

La cadena de boticas del grupo Intercorp aprovecha la pandemia para cobrar más por fármacos comprados vía online. También registra precios ante el observatorio de precios de Digemid diferentes a los que cobra en sus locales. Uno de los medicamentos forma parte de la lista de bienes esenciales para tratar el coronavirus.

nkafarma, la cadena de boticas de propiedad del multimillonario Carlos Rodríguez Pastor, ha descubierto una nueva modalidad para aumentar sus ingresos en plena emergencia sanitaria: inflar los precios de los medicamentos que vende por delivery. Mientras tanto, el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), y la Dirección General de Medicamentos Insumos y Drogas (Digemid), se tiran la pelota.

El Foco ha encontrado que la diferencia entre lo que se cobra en tienda por un producto, y el precio que el cliente paga por la página web, puede ser de hasta un 40%, sin contar los costos de transporte.

El Lanzopral MD de 15 mg es un medicamento usado para tratar la acidez estomacal. Se trata de uno de los productos más usados por los pacientes que sufren de gastritis crónica. En el local de Inkafarma, ubicado en la avenida Faucett 399, en San Miguel, la pastilla de este medicamento es vendida a S/. 4.81. Pero, cuando uno pide el mismo producto vía delivery, el costo aumenta a S/. 6.75. Casi dos soles de diferencia por el mismo fármaco, fabricado por el laboratorio Roemmers.


Si uno compra una caja de 15 unidades de Lanzopral MD de 15 mg sucede lo mismo. El precio en una botica Inkafarma es de S/. 72.20, mientras que por la vía online, o por teléfono, la tarifa se eleva hasta los S/. 101.25. Una diferencia de 29.05 soles.

¿Comprar online o ir personalmente a la botica? El ahorro siempre es bienvenido, pero en tiempos de pandemia puede resultar mortal. Uno no sabe si puede terminar infectado por la COVID-19 en la cola de una farmacia.


“La lógica te indica que el precio por delivery debería ser incluso más barato que el que te dan en tienda. Y, por último, se puede cobrar la misma tarifa y añadir un adicional por el envío. Pero poner un precio diferenciado para ir directamente a la farmacia, cuando durante la pandemia se debe evitar el contacto físico, es promover todo lo contrario”, sostiene Jaime Delgado, excongresista y defensor del consumidor, quien también ha recibido quejas de clientes de Inkafarma reportando precios más caros por medicamentos entregados vía delivery.

Otros productos vendidos en esta misma cadena de boticas tienen un costo diferente al que reportan ante el Observatorio de Medicamentos de Digemid. Ese es el caso del Neurobion 5000 Gragea, un suplemento vitamínico fabricado por la firma Merck, cuya caja contiene 60 unidades. El costo de Neurobion en la página de Inkafarma es de S/. 136.80. No obstante, este monto es siete veces mayor que el declarado ante el Observatorio por esta cadena de boticas: 18.33 soles.

Desde el 2014 todas las farmacias y boticas del Perú están obligadas a registrar en el Observatorio de la Digemid los precios de los medicamentos que ofertan al público. La norma establece que las farmacias que no entregan su reporte, o brindan información incompleta, pueden ser multadas con 2 UIT, que equivale actualmente a 8.400 soles. El establecimiento de Inkafarma que registró ante Digemid un cobro de S/. 18.33 por el Neurobion 5000 Gragea está ubicado en el Jirón de la Unión 559.

“En la farmacia tienes que hacer cola y estar en contacto con otra gente, y el personal que atiende está altamente expuesto contactar con personas infectadas. Si el cliente percibe que estás poniendo un precio más barato (en tienda), no solamente para el tema de la COVID-19, sino para cualquier otra dolencia, va a preferir ir directamente a las farmacias. Este es un incentivo perverso para que las personas acudan físicamente a las boticas”, comenta Delgado.

Hay otros productos destinados para pacientes contagiados por la COVID-19 que se venden en tienda a un precio diferente al del observatorio de precios. Ese es el caso de la enoxaparina sódica de 60 mg, un medicamento anticoagulante incluido en la lista de bienes esenciales para el tratamiento del coronavirus, publicada en la resolución Nº 315 que el Ministerio de Salud emitió en mayo de este año.

Desde el 2014 todas las farmacias y boticas del Perú están obligadas a registrar en el Observatorio de la Digemid los precios de los medicamentos que ofertan al público. La norma establece que las farmacias que no entregan su reporte, o brindan información incompleta, pueden ser multadas con 2 UIT, que equivale actualmente a 8.400 soles. El establecimiento de Inkafarma que registró ante Digemid un cobro de S/. 18.33 por el Neurobion 5000 Gragea está ubicado en el Jirón de la Unión 559.

“En la farmacia tienes que hacer cola y estar en contacto con otra gente, y el personal que atiende está altamente expuesto contactar con personas infectadas. Si el cliente percibe que estás poniendo un precio más barato (en tienda), no solamente para el tema de la COVID-19, sino para cualquier otra dolencia, va a preferir ir directamente a las farmacias. Este es un incentivo perverso para que las personas acudan físicamente a las boticas”, comenta Delgado.

Hay otros productos destinados para pacientes contagiados por la COVID-19 que se venden en tienda a un precio diferente al del observatorio de precios. Ese es el caso de la enoxaparina sódica de 60 mg, un medicamento anticoagulante incluido en la lista de bienes esenciales para el tratamiento del coronavirus, publicada en la resolución Nº 315 que el Ministerio de Salud emitió en mayo de este año.



“¿Con cuántos productos más está sucediendo esto? No lo sabemos. En estas circunstancias, ¿cómo haces para comparar el precio de más de 5000 productos? Este es un llamado de atención, una alerta para que las autoridades intervengan”, alerta Jaime Delgado. Y es que son dos las instituciones comprometidas en la fiscalización de las farmacias y boticas: el Indecopi y la Digemid. El Foco se comunicó con las oficinas de Prensa de ambas entidades.

“(Las boticas) tienen que vender los productos con el costo que reportan al observatorio de precios. Caso contrario, los usuarios pueden acudir al libro de reclamaciones, que es fiscalizado por el Indecopi”, dijeron desde el área de prensa de la Digemid.

Cuando se preguntó sobre la capacidad que tiene la entidad para hacer cumplir el costo declarado al observatorio, nos indicaron que Digemid no tiene capacidad de fiscalizar precios en boticas y farmacias, y solo puede sancionar a aquellas oficinas farmacéuticas que no cumplen con declarar a tiempo sus costos a este registro.

Desde el Indecopi, por su parte, señalaron: “Los precios de los productos que se ofrecen en el mercado peruano se fijan libremente a través de la competencia entre las empresas. No existe una prohibición para que un producto que se ofrece online tenga un precio diferente al que se ofrece en la tienda física”.

En el ente fiscalizador reconocieron que el Decreto de Urgencia 059-2020 les da facultades para supervisar el suministro y stock de medicamentos contra la COVID-19, pero que “la facultad de imponer sanciones ante los eventuales incumplimientos verificados recae sobre la autoridad sanitaria competente (por ejemplo, las Direcciones y Gerencias Regionales de Salud)”.

Javier Llamoza, decano del Colegio Químico Farmacéutico de Lima, asegura que las boticas no se encuentran obligadas a cobrar lo que reportan ante el observatorio de precios de Digemid.

“(Las farmacias) están obligadas a reportar (sus precios), pero cuando vas no necesariamente encuentras los medicamentos con esos costos. Ellos pueden aducir que se acabó el producto o que es un reporte de hace dos meses”, sostiene.

El Foco se comunicó con Inretail Pharma S.A., la empresa dueña de Inkafarma, del grupo Intercorp. Al cierre de esta publicación no han dado respuesta a los cuestionamientos. Como se recuerda, en el 2018, Intercorp absorvió a Quicorp S.A., concentrando otras cadenas como Mifarma, BTL y Fasa. El grupo financiero del empresario Carlos Rodríguez Pastor es dueño del 83% de las cadenas de farmacias del país.

“Al tener la concentración en el mercado pueden originarse abusos de esta posición de dominio. Otros países de la región tienen normas que evitan que el mercado se concentre”, dice Javier Llamoza, quien se muestra a favor de regular el precio de aquellos medicamentos que sean de uso esencial. Y es que  mientras algunas personas luchan por conseguir medicinas durante la pandemia, otras ven la oportunidad perfecta para aumentar sus ingresos.

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